Lo que es evidente es que fisiológica, anatómica y estructuralmente los hombres somos muy diferentes de las mujeres. Este hecho es fundamental a la hora de encarar diferentes aspectos del entrenamiento, sobre todo a nivel de entrenamiento físico.

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El tipo de juego, qué si bien cada vez es más parejo, sigue presentando notables diferencias en cuanto a los patrones de juego, de ahí que haya que hacer también planteamientos de entrenamiento específicos para trasladar a la competición.

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Hablaremos también de aspectos que a nivel nutricional las jugadoras deben de prestar especial atención para no ver mermado su rendimiento.

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Y por último, trataremos un tema aún tabú para muchos como es la menstruación. Durante las distintas fases de la menstruación se dan cambios hormonales que afectan al rendimiento. Hablaremos de recomendaciones generales de trabajo según que fase se encuentra la jugadora para, en aquellas jugadoras de máximo nivel, podamos optimizar aún más su rendimiento.